domingo, 6 de noviembre de 2011


1998
[Galopes de silencio]

Las esfinges  cayeron bajo sus pequeñas manos, el polvo se adentró por los alvéolos que se asomaban por sus párpados, los guardianes torturaron sus nervios que ahora portan  nidos amargos, no ha sabido borrar la lluvia de heces  que llevan  sus manos. Ella habita su jaula con los pies amarrados, cortadas las alas aniquila el tiempo royendo espacios, vive en pliegues de rincones desaforados, en el golfo de sus ojos habita un bramado.
A los 10 años  perdida estaba en el jardín de los mutilados, ansiosa buscaba donde amainar su desgarro y encontró  los escondrijos  de un Olimpo desgastado, queriendo hallar Titanes y un poco de agua para diluir el camino cansado. Así pasaron los años descascarando su ingle y sus labios, estériles rostros deshabitados, sus muslos secos por tanto recuerdo impregnado,  las pestañas inermes como murallas donde  un sabor a fosa común   se convirtió en su hábitat.



2 comentarios:

  1. me gusta el poema aunque es triste y melancólico, creo que es el estado anímico que produce la primavera cuando se está sumido en la soledad.
    Abrazo...

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  2. en verdad disfruto harto de la soledad :P . El escrito hace alusión más a la tristeza que uno no se puede sacudir, a los acontecimientos que te pesan en la garganta, por ahí creo que iba la cosa.
    abrazo.

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